2 de agosto de 2011

DOMINGO 31 DE JULIO: VISITA A IXIMCHÉ Y ANTIGUA

DOMINGO, 31 DE JULIO DE 2011

VISITA AL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE IXIMCHÉ Y A LA CIUDAD DE ANTIGUA

Primer despertar en Guatemala. La verdad es que hemos dormido fenomenal. Un viaje así agota a cualquiera. Apenas hemos notado el jet lag ya que llegamos a Ciudad de Guatemala (Guate) a las 9 de la noche, por lo que cenamos y nos fuimos a la cama. A las 10 de la mañana nos han venido a buscar al hotel Nivia y Gladys, las dos compañeras de la ONG con las que hemos coordinado todo el viaje y la logística. Se han ganado enseguida a Jesús ya que han aparecido con dos paquetes de tabaco (fumadores…) y nos han caído bien enseguida. Los guatemaltecos (o chapines, término de argot para un ciudadano de Guatemala), son gente absolutamente encantadora. Nos han dedicado todo el día a nosotros, ya que nos habían organizado una visita al yacimiento arqueológico de IXIMCHÉ por la mañana, extraordinario paisaje donde hemos podido respirar una paz inmensa rodeados de naturaleza.
Iximché fue la primera ciudad que los españoles eligieron como capital. Esta colonia fue creada en 1524 para vigilar de cerca al pueblo cachiquel, con quién los españoles habían sellado una frágil tregua.  Los cachiquel tenían allí establecida su capital desde 1463. En ese tiempo los cachiquel estaban en guerra con los quiché, y las defensas naturales que les proporcionaba este emplazamiento, un promontorio llano rodeado de barrancos, les fueron muy útiles.  En este yacimiento podemos encontrar cuatro plazas ceremoniales rodeadas por estructuras del templo de hasta 10 m de altura y chanchas para el juego de pelota. Algunas estructuras de han desenterrado y unas pocas muestras su enlucido original. En la actualidad Iximché sigue siendo un centro ceremonial muy importante para los peregrinos indígenas, que acuden para realizar rituales mágicos y queman aguardiente, parafina o ramas frente a las pirámides para protegerse de las enfermedades o derrotar enemigos. Nosotros tuvimos la suerte de presenciar una ceremonia maya.
Tras la visita a Iximché, y ya camino hacia Antigua, hemos parado a comer en el restaurante CHICHOY, un comedor extraordinario y acogedor, que mantenía su chimenea encendida a pesar de la temperatura que hacía. Allí hemos podido degustar diversos tipos de carne, como la de venado, y hemos probado el pie relleno de melocotón y de fresas y moras, un dulce típico de allí que estaba buenísimo.
Después de comer hemos puesto rumbo a Antigua, con JESÚS manejando el carro por una carretera nacional informal.


 
En el trayecto hemos regresado por unos instantes a Zaragoza: Cual ha sido nuestra sorpresa cuando hemos podido leer el siguiente cartel “Bienvenidos a Zaragoza”. No me lo podía creer!!! Si apenas acababa de dejar mi ciudad, y había regrasado a ella!!! Jajajajaja

       Antigua, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1979, es considerada como la joya de Guatemala, y sigue siendo algo más que una atracción turística. Por su insólita belleza, su peso histórico y su efervescente cultura, Antigua es un destino de obligada visita. Ubicada en un magnífico paraje, fue capital del país hasta que la sede gubernamental se trasladó a Ciudad de Guatemala tras varios terremotos durante el periodo colonial.
Su entramado urbano de fachadas color pastel bajo tejados de terracota, sus calles empedradas, las rejas de sus ventanas y su vibrante actividad, se despliegan a la sombra de tres volcanes: AGUA, FUEGO y ACATENANGO, que actúan como prácticos puntos de referencia.  


Puede que lo verdadero milagroso de la ciudad sea su capacidad de superación. Pese a las embestidas de la naturaleza –terremotos, erupciones volcánicas e inundaciones, además de un abandono casi total y siglos de dejadez, ha resurgido con ganas impulsada por el orgullo de sus habitantes. Mientras que muchas viejas estructuras eclesiásticas y civiles han sido rehabilitadas, otras conservan el encanto de las ruinas, con fragmentos esparcidos por recintos ajardinados y buganvillas que asoman entre los restos desmoronados.



Tras buscar alojamiento en esta hermosa y vibrante ciudad colonial, hemos paseado por sus calles, visitado la catedral de Santiago, tomado un par de cervezas Gallo y, finalmente, hemos cenado en “El Sabor del Tiempo”, uno de los restaurantes más sugerentes de la ciudad, decorado con madera y piezas de anticuario.  El día no nos ha dado para más.

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